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Lorwyn/Paramo Sombrío[]

Lorwyn[]

Lorwyn es un mundo idílico donde criaturas de fábulas prosperan en un eterno verano. El plano está cubierto por densos bosques, ríos serpenteantes y gentiles praderas. El sol nunca se esconde en el horizonte y el invierno es totalmente desconocido.

Eso no quiere decir que no haya conflictos en Lorwyn. Sus razas tienen sus luchas y encuentros, algunos aislados, algunos de larga duración. Lorwyn es uno de los pocos planos sin humanos, pero muchas otras razas ocupan su lugar. En la periférica ciudad de Búrrenton, por ejemplo, los pequeños kithkin enfrentan el asedio de un asentamiento cercano de llameantes. Los llameantes son tal vez la raza menos adaptada al soleado Lorwyn. Sus fuegos naturales son una amenaza para los otros, que sospechan de su naturaleza impulsiva y su mal carácter.

Lorwyn

Lorwyn

Lejos, en el Valle Porringer, bandas de boggarts acechan entre los bosquecillos de los arbóreos para causar problemas y robar "souvenirs" de los invasores. Los boggarts son ávidos de sensaciones, siempre buscando nuevos gustos, olores y experiencias. Cada barracón boggart visita a los otros para su "Festín Bajopié", una oportunidad de compartir experiencias acumuladas por otros barracones.

Mientras continúan estas contiendas, los merrow, los tritones de los ríos de Lorwyn, actúan como diplomáticos, enviados y mercaderes para las otras razas. Usan los canales subterráneos y los pozos como conductos de comunicación, y como los merrow son inteligentes y gentiles, suelen sacar el mejor provecho de cualquier acuerdo.

Si los merrow son los mercaderes de Lorwyn, los gigantes son sus árbitros y consejeros. Los territoriales e iconoclastas gigantes vagan por Lorwyn de acuerdo a sus propios caprichos, deteniéndose ocasionalmente para resolver conflictos entre la gente pequeña. El resto del tiempo duermen o pelean entre ellos.

Pero de todos los habitantes de Lorwyn, los elfos son los más respetados y temidos. En un mundo de naturaleza intacta y bosques frondosos, los elfos se creen los paragones de la belleza natural. Los signos de la supremacía élfica están desperdigados por el mundo, desde sus palacios en los bosques dorados hasta su actitud despectiva para con las razas "menores". A pesar del dominio de los elfos, los pueblos de Lorwyn viven en comunidad y siguiendo tradiciones, tal vez con algo de ayuda de algún poder invisible.

Las hadas abundan en todos los rincones de Lorwyn, como abejas recolectando polen. Aunque estas criaturas caprichosas y traviesas parecen impredecibles, son guiadas por la voluntad de Oona, reina de las hadas. Se dice que es la magia de Oona la que mantiene el verano de Lorwyn, pero pocos la han visto alguna vez. Su trono, el Valle Elendra, es un sitio semi-mítico que pocos, salvo las hadas, han visto.

Lorwyn es antiguo y verde, con sus procesos naturales fijados en ciclos familiares. Por ejemplo, cada año durante incontables décadas, la ciudad kithkin de Kinsbaile ha organizado el Festival de los Cuentos, una reunión para contar historias y festejar antes de la Aurora Celeste, un evento anual que incluye unos efectos de luces en el cielo del atardecer. Pero algunas Auroras son mayores que otras. En un largo ciclo que sólo la reina de las hadas Oona comprende, una Aurora puede arrastrar una transformación total del plano de Lorwyn. Luego de ella, lo que queda es el plano de Páramo Sombrío, un reino de eterno crepúsculo.

Páramo sombrío[]

El Páramo Sombrío es el plano del eterno crepúsculo, donde el sol nunca se alza y una luz extraña parece provenir de fuentes invisibles. Este plano es el opuesto a Lorwyn. Lorwyn es un verano eterno, pero el Páramo Sombrío está atrapado en una oscuridad crepuscular. Las razas de Lorwyn luchan por el territorio y su propiedad, pero las razas del Páramo Sombrío están trabadas en una lucha permanente por la supervivencia.

Al igual que Lorwyn, el Páramo Sombrío no tiene humanos. Sin embargo las razas de Lorwyn persisten en el Páramo Sombrío... pero al igual que el plano, ellas también fueron transformadas en versiones más oscuras de ellas mismas.

Los kithkin, antes comunales y cooperativos, son aislados y xenofóbicos. Viven en ciudades amuralladas, rechazando extranjeros y atacando a quienes se acerquen demasiado. Los antes charlatanes merrow son ahora asesinos y saboteadores. Usan las rutas acuíferas para moverse rápidamente de víctima en víctima, siempre listos para ahorcar y robar a los terrestres. Lo mismo los boggarts, que antes eran traviesos y hedonistas, en el Páramo Sombrío son belicosos y viciosos. Sus intereses han cambiado de la curiosidad al saqueo y de robar pasteles a robar bebés.

Los mayores habitantes del mundo, los gigantes y arbóreos, también han cambiado. Los arbóreos de Páramo Sombrío se han ennegrecido y resecado, y son criaturas asesinas. Y cuando despiertan de sus largas hibernaciones, los gigantes son terribles e iracundos seres que llevan grandes parches de tierra sobre sus cuerpos.

La transformación de los llameantes es tal vez la más dramática y trágica. Antes sus fuegos brillaban, pero ahora están extinguidos, reducidos a carcazas esqueléticas humeantes llamadas cenicientos. En Lorwyn buscaban la trascendencia emocional, pero en el Páramo Sombrío buscan sólo satisfacer su maldad y necesidad de venganza.

Los arrogantes y vanidosos elfos de Lorwyn son ahora humildes y heroicos. Mientras en Lorwyn los elfos buscaban subyugar a las otras razas, los elfos del Páramo Sombrío son la última esperanza del mundo: buscadores y protectores de la belleza y la luz en este mundo oscuro y feo.

Una única raza y lugar permanecieron intactos cuando la Aurora Celeste transformó Lorwyn en el Páramo Sombrío: las hadas y su hogar en el Valle Elendra. Las hadas son el eje de este plano transformante, ya que es su reina, Oona, quien creó la Aurora Celeste.

Hubo un tiempo en el que Lorwyn tenía temporadas anuales y estaba "equilibrado". Fue Oona quien buscó más influencia y control sobre el mundo. Desde su valle secreto, tejió incontables y poderosos hechizos en una red de magia que le daría más poder sobre Lorwyn. Pero mientras los encantamientos de Oona crecían complejos, el mundo fue desequilibrado. La misma naturaleza de los ciudadanos del plano, los objetos y lugares comenzaron a fracturarse, desarrollando una existencia al estilo "Jekyll y Hyde".

En lugar de perder control sobre Lorwyn, Oona creó hechizos cada vez más poderosos para estabilizar el plano. Eventualmente logró su objetivo. Los estados fluctuantes de Lorwyn cayeron en intervalos regulares de largos veranos brillantes y cálidos y largos otoños oscuros y espeluznantes. Sin embargo, el costo para el plano fue importante. Primero, cada intervalo duró casi tres siglos. Segundo, en cada cambio del estado de Lorwyn al Páramo Sombrío, los habitantes del plano pierden toda conciencia de su existencia previa.

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